Con 14 años, debido a diversas situaciones personales y escolares que me hicieron dejar de creer en el mundo adulto, decidí que dedicaría mi vida a defender los derechos de la infancia y adolescencia, y a eso me he entregado con pasión, esfuerzo y enfoque, durante 25 años.

A pesar de que vivimos en una sociedad contemporánea, y que cada vez se habla más de derechos de la infancia y educación ‘con respeto’, lo cierto es que seguimos cometiendo los mismos errores que antes, solo que edulcorándolos, disfrazándolos de respeto, pero que lleva a la sociedad a seguir creyendo que tiene poder sobre la infancia y adolescencia, como si la meta en estas etapas fuese, únicamente, llegar a ser adulto, olvidándonos de que ya son personas hoy, de que sus vidas son importantes en el presente, las vidas más importantes de la sociedad, de hecho.

Continuamos sumergidos en una sociedad adultocéntrica en la que no se respetan los derechos de los niños, niñas y personas adolescentes, no se escucha su voz, ni sus intereses, decisiones o necesidades, en donde sus emociones son reprimidas, pretendiendo que las apaguen, silencien y rebajen, en donde se habla del control hacia la infancia y adolescencia, y no de ética. 

Por eso, desde esta Fundación, damos un paso más allá, generando cambios reales en hogares, profesionales e instituciones, sin quedarnos en la superficie, sabiendo ver toda aquella parte del Iceberg que no se ve. 

Porque la infancia y adolescencia es mucho más de lo que se ve a simple vista.

Sin más, 

Encantada de que nos acompañes en este camino, en el que llegar a la raíz, se torna más importante que nunca.

Un gran abrazo y gracias por estar aquí

Tania García